domingo, febrero 22

jugar a las escondidas.

En el día a día jugamos a las escondidas. ¿Por qué? ¿Cómo es que pasa esto?
Siempre andamos jugando a las escondidas, con nuestros temores, con nuestros anhelos, con nuestras ansias, con nuestro corazón.
Cuando nos queremos saber sobre algo, lo enterramos en lo más profundo de nuestro ser para creer que se escondió en algún rinconcito, que ya no va a salir hasta que la cuenta llegue a determinado número y estemos listos para conocer la verdad, arriesgarnos a jugar el juego.
Cuando anhelamos con vehemencia algo y sabemos que no es el momento adecuado, también pretendemos escondernos y lo dejamos madurar en algún lugar de nuestro ser, para rescatarlo en su debido momento, llevarlo a cabo finalmente.
Y con nuestro corazón también jugamos a las escondidas. Cuando enloquece frente a algo, porque se apodera de nuestro cuerpo la pasión, el deseo...nos aferramos fuertemente a la razón tratando de esconder todo ese fuego en nuestro interior para creer que no está ocurriendo, por lo tanto liquidamos toda falsa esperanza y sólo permitimos que de a poco, se vaya asomando esa locura que tanto nos asustaba para luego decir PICA!.
En nuestra vida si nos ponemos a pensar, jugamos diariamente a las escondidas...ya sea con los asuntos que nos asusta resolver, con los miedos que aún no queremos afrontar, con los desafíos que se nos presentan, con nuestros amores, con nuestros anhelos más profundos.

Hoy detenete a pensar en las cosas con las que venís jugando a las escondidas
Animate a decir PICA.

[No te escondas detrás del árbol, animate a correr por el bosque y enfrenta el desafío]

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